La pequeña ha tenido que estudiar en la calle, acompañando a su padre a trabajar.
Las redes sociales son un buen medio para dar a conocer historias conmovedoras e inspiradoras, pero también conforman una gran comunidad de apoyo. El caso de esta pequeña niña le está dando la vuelta al mundo por medio de internet y muchas personas han decidido hacer algo al respecto.
Se trata de María, una niña de 5 años que debe estudiar en la calle por la situación tan difícil que vive en su casa. Su padre se gana la vida lavando coches en la ciudad de Trujillo, Perú. Como no puede llevar a su hija a la escuela, adaptó un pequeño pupitre en la acera para que siga estudiando. Así, todos los días desde las 7 de la mañana, María se pone a estudiar mientras su padre trabaja.
Un par de cajas de cartón le sirven de salón de clases. Una funciona como mesa mientras la otra es un techo que la protege del sol. María se sienta en una pequeña silla y se apoya en la caja para hacer sus tareas y seguir aprendiendo. De acuerdo con medios locales, a María le encanta ir a la escuela pero este ciclo se quedó sin un lugar en la institución a la que asistía regularmente.
Debido a la complicada situación económica que atraviesa su familia, María ya no pudo seguir asistiendo a su escuela. Sin embargo, José Gonzáles, su padre decidió apoyarla para que continuara aprendidendo. Como no tenía dónde dejar a su pequeña mientras él laboraba, decidió llevarla a su lugar de trabajo al aire libre; así podría cuidarla.
La situación de María llamó la atención en redes sociales, y algunas personas decidieron apoyarla.
El gran esfuerzo de José por asegurarse de que su hija siguiera aprendiendo así como la dedicación y compromiso de María, causaron admiración en los internautas. Gracias a las múltiples reacciones y comentarios, la historia llegó a oídos de la Sociedad de Beneficencia de Trujillo, que rápidamente ofreció su ayuda.
Con una beca que cubre las colegiaturas y todo el material necesario; María podrá asistir a la escuela Hermanos Blanco, donde podrá cursar hasta secundaria. También recibió su uniforme y el padre seguró que está muy feliz porque sabe que irá a estudiar y que además, le emociona mucho la idea de asistir a una escuela solo de mujeres.
Sin embargo, no solo María resultó beneficiada pues a su padre también le ofrecieron trabajo. José, que antes se desempeñaba como lavacoches, jardinero, pintir o albañil; ahora tendrá un puesto como vigilante en el mismo centro educativo, por lo que podrá seguir cuidando a su hija.
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