La tecnología ha revolucionado bastante la forma de vivir de los humanos. Desde el acceso instantáneo al conocimiento por medio de un dispositivo o la capacidad de expandir tu empresa a nuevas partes del mundo. En definitiva, el alcance de las innovaciones tecnológicas no tiene límites y estamos en la era de su auge.
Si bien estos nuevos gadgets han ayudado a crear nuevos empleos, a aumentar la productividad y fomentan el aprendizaje de nuevas habilidades, existe una creciente preocupación de los efectos negativos de estos.
Para dimensionar el impacto de la tecnología en la vida cotidiana, la empresa estadounidense Maple Holistics y científicos de la Universidad de Toledo crearon un diseño en 3D del cuerpo de un humano en el futuro que ha cambiado drásticamente por el uso constante de smartphones, computadoras y otro tipo de tecnología.
Te presentamos a Mindy, una chica del futuro que cambió radicalmente por el uso adictivo a la tecnología y el sedentarismo.
En primer lugar tendremos Espalda y cuello arqueados.
El diseño y los hábitos típicos de los usuarios de los objetos tecnológicos modernos, como los teléfonos inteligentes y los monitores de computadora, tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y nos paramos. Se ha demostrado que ajustar constantemente nuestra posición para mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura.
El vínculo entre la tecnología y la postura ahora está bien establecido, y es por eso que la espalda y el cuello de Mindy (que veremos con más detalle más adelante) están inclinados hacia su p3cho.
Una mano y un brazo en posición de garra.
Una mirada más cercana al brazo de Mindy revela dos cambios anatómicos significativos, causados directamente por el uso de un dispositivo tecnológico en particular: el teléfono inteligente. Una condición acuñada recientemente, la «garra de texto» ocurre después de agarrar constantemente su teléfono inteligente, curvando los dedos en una posición poco natural durante largos períodos de tiempo.
El codo en 90 grados.
También conocido como «codo de teléfono inteligente», esto se debe a la posición típica del brazo al sostener y usar teléfonos inteligentes, ya sea para uso general o cerca de nuestras orejas durante las llamadas telefónicas.
La garra de texto y el codo de 90 grados (o científicamente hablando, síndrome del túnel cubital) apuntan a un tipo similar de comportamiento antinatural
Cuello tecnológico
Volviendo a la postura de Mindy, los efectos de la tecnología en el cuello también han dado lugar a una nueva condición, acertadamente llamada «cuello tecnológico». En un artículo para Health Matters , el Dr. K. Daniel Riew del New York-Presbyterian Orch Spine Hospital, explicó exactamente qué es el cuello tecnológico:
“Cuando estás trabajando en una computadora o mirando tu teléfono, los músculos en la parte posterior del cuello tienen que contraerse para mantener la cabeza erguida. Cuanto más mires hacia abajo, más duro tendrán que trabajar los músculos para mantener la cabeza erguida. Estos músculos pueden cansarse y doler demasiado al mirar nuestros teléfonos inteligentes y tabletas o al pasar la mayor parte de nuestro día laboral en las computadoras”.
Cráneo más grueso
Una vez más, la investigación se centra principalmente en los teléfonos inteligentes. Existe una creciente preocupación de que la radiación de radiofrecuencia emitida por los teléfonos inteligentes pueda causar graves consecuencias para la salud cuando se exponen al cerebro.
En 2011, la Organización Mundial de la Salud clasificó la radiación de los teléfonos inteligentes como «posiblemente cancerígena para los humanos», con una serie de estudios a largo plazo que buscan establecer el impacto total. Después de que un estudio de 2018 sugiriera que la radiación de los teléfonos inteligentes puede afectar el rendimiento de la memoria, también surgieron preguntas sobre su impacto en otras áreas cognitivas.
Se cree que los efectos son particularmente graves en los niños. Sus cráneos menos desarrollados son más delgados y absorben hasta tres veces más radiación que los cerebros de los adultos. Dado el impacto que podría tener sobre todos nosotros, Mindy ha desarrollado un cráneo un poco más grueso, lo que la protege de cualquier daño.
Un segundo párpado.
El cambio final de Mindy es posiblemente el más extravagante. Un área que aún tenemos que tocar son los ojos. La investigación sobre las pantallas que causan dolores de cabeza, fatiga visual e incluso ceguera está bien establecida. El párpado lateral de Mindy, proveniente de otro párpado interno que nos protege de la exposición excesiva a la luz de los dispositivos tecnológicos, es el cambio evolutivo final para nuestro humano futurista con efectos tecnológicos.
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