La pequeña Andrea sabe hablar ruso, italiano, francés y español.
Aprender otro idioma no siempre es fácil; sin embargo, hay personas con una capacidad innata para hacerlo. Para muchos es pan comido saber hablar otra lengua además de la propia y no se conforman con dos o tres idiomas; de hecho buscan la manera de aprender cinco, seis, siete y muchos más.
Andrea, una niña de seis años es un claro ejemplo de esto y su historia es conmovedora. La pequeña vende dulces en las calles de Ecuador para poder ganar algo de dinero y ayudar con los gastos de su familia. Pero lo que sorprendió a una de las clientes es que Andrea sabe hablar con fluidez cuatro idiomas. La mujer decidió grabar un video donde la pequeña políglota muestra sus habilidades y rápidamente se volvió viral en redes sociales.
Una madre e hija se detuvieron en una gasolinera de la ciudad de Portoviejo, Ecuador, y mientras cargaban gasolina, una niña se les acercó para ofrecerles dulces. Luego de intercambiar unas cuantas palabras, la madre, que es originaria de Francia notó que la pequeña tenía un acento francés. Ambas mujeres, intrigadas y sorprendidas, decidieron hacerle algunas preguntas para conocer un poco más a la pequeña vendedora.
En un francés perfecto, Andrea explicó que era vendedora ambulante porque sus padres trabajaban en un circo y viajaban por todo el mundo dando shows. Lamentablemente por esta situación, ella no podía asistir a la escuela y en cambio se dedicaba a vender dulces en la calle para así conseguir un poco de dinero y ayudar a sus padres. Andrea mencionó que además de francés, podía hablar ruso, italiano y español.
Lo más sorprendente es que aprendió estos idiomas por su propia cuenta.
A pesar de no asistir a la escuela, Andrea logró dominar dichos idiomas gracias al ambiente y la lectura. Según mencionó, cuando ella y sus padres llegaban a un país nuevo, Andrea buscaba en los periódicos y recortaba secciones para de ahí comenzar a aprender la lengua.
Poco a poco pudo dominarlas a tal grado que se convirtió en la traductora de sus padres. Resulta que ellos no saben hablar los idiomas de los lugares a donde viajan por lo que su hija es la intérprete.
Las mujeres luego le propusieron un pequeño juego en el que si ofrecía los dulces en los cuatro idiomas le comprarían toda la mercancía. La pequeña aceptó y preguntó en ruso, francés, italiano y español si le querían comprar un dulce. La joven le dio 10 dólares pero no quiso recibir la caja de golosinas; en cambio le dijo que la conservara para seguir vendiendo. Andrea, que sueña con ser veterinaria, se puso extremadamente feliz y mencionó que ahorraría ese dinero para comprarle una casa a sus padres.
Aunque la situación de la pequeña es un poco triste y alarmante ya que no debería trabajar a tan corta edad; muchos aplaudieron su esfuerzo. Los usuarios en redes sociales quedaron sorprendidos ante la enorme capacidad de Andrea y algunos comenzaron a organizarse para encontrarla y ofrecerle algún tipo de ayuda. Sin duda, la pequeña Andrea tiene un talento excepcional y esperamos que pronto pueda ser aprovechado en su máximo potencial.
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